dimecres, 20 d’abril del 2011

Sembrar carne


Hace siglos, los marineros en los viajes largos solían dejar una pareja de cerdos en cada isla desierta. O bien dejaban una pareja de cabras. En cualquier caso, en sus visitas futuras, la isla los aprovisionaría de carne. Se trataba de islas prístinas. En ellas vivían razas de pájaros que no tenían depredadores naturales. Razas de pájaros que no vivían en ninguna otra parte de la tierra. Sin enemigos, las plantas que había allí evolucionaban sin espinas ni veneno. Sin depredadores ni enemigos, aquellas islas eran paraísos. 

La siguiente vez que los marineros visitaban las islas, solamente encontraban manadas de cerdos o de cabras.
Los marineros llamaban a a esta práctica sembrar carne.

Ostra dice:
- ¿Os recuerda esto a algo? ¿Tal vez a la vieja historia de Adán y Eva?

Mira por la ventanilla del coche y dice:
- ¿Os preguntáis a veces cuándo va a volver Dios con un montón de salsa barbacoa?

[...]

- ¿Nunca os habeis preguntado si Adán y Eva eran los cachorrillos que Dios abandonó porque no aprendían a hacer sus necesidades como era debido?.

Baja la ventanilla y el olor entra a raudales, la brisa templada con olor a pescado muerto, y gritando contra el viento dice:

- Tal vez los humanos son los cocodrilos mascota que Dios tiró por el retrete.



Nana - Chuck Palahniuk